Un homenaje a los recuerdos, de esas calles sin autos, del fúltbol a la hora de la siesta, de la fruta madura y caliente robada subrepticiamente de las huertas, y ... de aquellas vecinas sin paciencia.
Será suficiente con mantener presos los sueños, las ideas, los niños.
Será suficiente Sr. Gobernador.
Cambiaremos el mundo sólo con más rejas?
Tal vez, una abuela sin agujas, y contando cuentos..., no requiera niños con tantas leyes represivas como Ud. propone.
Tal vez podamos pensar, en que más de lo mismo, en que más de lo siempre, no nos va a permitir cambiar nuestro mundo, para tener calles más solidarias, vecinas sin agujas y chicos sin odios atávicos.
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Especial agradecimiento a Lucas Figueroa, a quien pertenece la obra.